domingo, 3 de julio de 2011

huerto ecológico

Una actividad que puede ser interesante para ocupar nuestro tiempo libre y para ahorrar un buen dinero con la producción lograda es crear un huerto ecológico en algún rincón de nuestro jardín. De este modo, estaremos ayudando al medio ambiente al emplear métodos naturales de cultivo, sin tóxicos de ningún tipo, y, además, al consumir estos alimentos, nuestra salud se verá beneficiada.
El primer paso antes de iniciar el trabajo es planificar el huerto ecológico que queremos crear. Por ejemplo, seleccionar los cultivos ecológicos que queremos desarrollar, el lugar en el cual se ubicarán y el objetivo principal del huerto, ya que no es lo mismo pensar una producción ecológica destinada para la venta que tener como propósito el autoconsumo.
Otro punto importante es el ahorro de agua en la producción, que puede lograrse empleando métodos de bajo consumo, como por ejemplo el riego por goteo. Asimismo, es posible crear espacios para almacenar agua, que también pueden ser útiles para desarrollar actividades complementarias. Una de las alternativas es el ‘cultivo’ de peces o piscicultura.

Puntos primordiales
Quizás una de las cuestiones más importantes es la sostenibilidad de los cultivos. ¿Qué significa esto? Que los cultivos seleccionados deben estar adaptados al clima y al suelo de la región, siendo ideal plantar variedades específicas de la zona y que requieran del tipo de tierra que existe en el lugar. Al mismo tiempo, es vital rotar convenientemente los cultivos para evitar el agotamiento de los nutrientes del sustrato.
Los abonos que se empleen deben ser ecológicos, y cuando se requiera el uso de fertilizantes también deben ser los indicados para este tipo de agricultura. Para mantener la actividad biológica del sustrato es necesario cultivar judías, guisantes y otras leguminosas de acuerdo a programas de cultivo plurianual.
Plagas y reproducción
Cuando el propósito sea combatir las plagas en un huerto ecológico, lo mejor será seleccionar las especies más resistentes para no tener que usar ningún producto tóxico. También pueden establecerse barreras con arbustos y, cuando la prevención ya no sea la solución, se podrán utilizar fitosanitarios debidamente autorizados.
Por último, y pensando en la reproducción de las especies, las semillas a emplear deberán provenir de plantas de cultivos ecológicos. No pueden utilizarse especies modificadas genéticamente, porque de lo contrario se estaría yendo en contra de los principios básicos de este tipo de cultivos. Para que un huerto pueda considerarse ecológico, se requiere un período de dos años de cultivos de esta clase.

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